Estaba nerviosa, no sabía que hacer. Su respiración se hacía cada vez más dificultosa. Él se acercaba con violencia, sin importarle nada. Ella, en cambio, estaba quieta, impávida. Su cuerpo sudaba y su pulso aumentaba. Era su primera vez y el miedo se apoderaba de su ser. En el campo nadie le había hablado de esto. Con su mente en blanco y rendida a los espasmos, vio como él penetraba. Se escuchó una alarma. Se abrieron las puertas y la masa la ingresó al Metro.
1 comentario:
Escribes muy lindo. Pásate por mi renovado blog.
Saludos!!!
Amarantapaz! ;)
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