28 jul 2011

Coincidencias

Te siento al lado mio. Estoy nervioso, no te veo. Bueno, en realidad, no me atrevo a mirarte. Y sé que tú tampoco te atreves. Tiemblas, estás agitada. Pese al ruido, puedo escuchar tu respiración. La gente nos empuja, el tren se mueve rápido, pero sigues a mi lado. No cruzamos palabras, no basta. Nuestras miradas hablan por nosotros, juguetean solas en su propia fantasía. Nuestro reflejo en la venta ampara la necesidad de abrazarnos, de acariciarnos. Sonreímos. Pasa el tiempo, y aquí estás, aún a mi lado. Estamos igual de nerviosos, nada cambia. Te vuelvo a sentir, a oler y a escuchar tu respiración. Sin embargo, algo es distinto. Aprietas fuertemente mi mano y me hablas frente a todos -Sí, acepto- me dices. ¡Que feliz me has hecho!